Tipos de Meningitis


 

Uno de los puntos más importantes a la hora de diagnosticar una meningitis es diferenciar si la causa es bacteriana o vírica, pues la supervivencia del paciente no es la misma en ambos casos y, por consiguiente, la actitud terapéutica será distinta según sea una forma u otra. Estos son los tipos de meningitis existentes:
Meningitis vírica
Esta forma de enfermedad suele implicar mucho menos peligro para la vida del paciente. A este tipo también se le conoce como meningitis aséptica porque los estudios encargados de demostrar la presencia de microorganismos en las muestras suelen dar negativo. 
Hay varios tipos de virus que son capaces de provocar un cuadro de meningitis. Los más frecuentes son los llamados enterovirus, pero también es importante el virus del herpes simple.
La forma vírica de la meningitis suele presentar una clínica más leve que la bacteriana. Cursan normalmente con fiebre, dolor de cabeza y, a veces, presentan algún síntoma que se acerca más a la clínica de la forma bacteriana, pero de forma menos intensa. Este cuadro suele desaparecer en pocos días. En general, son procesos benignos que cursan sin complicaciones, y el tratamiento se limita a aliviar los síntomas del paciente. Sin embargo, hay que resaltar que la meningitis causada por el virus del herpes simple ha de recibir una atención especial, pues es mucho más frecuente que se complique con encefalitis, donde la inflamación llega al cerebro y provoca alteraciones neurológicas importantes, que pueden incapacitar al enfermo de por vida. Por eso, ante la mínima sospecha de que se trate de un virus herpes simple, se añade al tratamiento normal uno específico para este virus, y se somete al paciente a una observación rigurosa.
Meningitis bacteriana
Esta es la forma más conocida de la enfermedad. Los diferentes microorganismos que pueden provocar este tipo de infección dependen de la edad del paciente y de otros factores como, por ejemplo, el estado del sistema inmune del enfermo. Este sistema es el encargado de proteger al cuerpo humano de las agresiones externas como son las infecciones; su mal funcionamiento implica una mayor predisposición a padecerlas.
De entre todas las bacterias responsables de meningitis destacan:
El Streptococcus pneumoniae o neumococo. Es la causa más frecuente de meningitis. Esta bacteria coloniza con frecuencia la faringe de las personas sin dar ningún tipo de enfermedad. Se puede encontrar en un 5-10% de los adultos sanos y en un 20-40% de los niños sanos. Sin embargo, en ocasiones, el sistema inmune no pueden controlar su crecimiento y llega a las meninges a través de la sangre, o directamente por contigüidad en caso de que exista una infección de los senos para nasales (sinusitis) o del oído medio (otitis media), o un fractura craneal tras un traumatismo. El neumococo también puede ser el causante de neumonías (pulmonías) que ocasionalmente se pueden asociar a meningitis. La meningitis por neumococo puede aparecer a cualquier edad. Es más frecuente que se dé en personas con algunas deficiencias del sistema inmune (por ejemplo tratamientos con medicamentos inmunosupresores, o personas con trastornos del bazo), también en diabéticos, alcohólicos, personas con insuficiencia renal o hepática, personas desnutridas, o tras un traumatismo en el que se producen fracturas craneales. Su mortalidad es muy alta. Existe una vacuna que cubre algunos serotipos de neumococo y que ha bajado la incidencia de la meningitis por neumococo en niños.
La Neisseria meningitidis o meningococo, que es responsable de muchas de las epidemias de meningitis, sobre todo en los niños y jóvenes. El meningococo puede colonizar la faringe de muchas personas sin dar enfermedad. La meningitis puede aparecer en personas con algún trastorno del sistema inmune, pero con frecuencia se da también en personas sanas. Existe una vacuna eficaz contra el meningococo, pero que desgraciadamente no cubre todos los serotipos que hay de esta bacteria.
En los recién nacidos y en los ancianos las bacterias causantes de esta enfermedad pueden ser totalmente diferentes a las del resto de la población. Por ejemplo, en recién nacidos se puede dar una meningitis por una bacteria llamada Streptococcus agalactiae (también llamado estreptococo del grupo B). Esta es una bacteria que coloniza el tracto genital femenino y puede infectar al recién nacido durante el parto. Afortunadamente, el estudio y erradicación de esta bacteria en mujeres embarazadas ha disminuido la incidencia de esta complicación. En niños menores de cinco años era frecuente la meningitis por una bacteria que se encuentra en el tracto respiratorio llamada Haemophilus influenzae tipo b. La vacunación en la infancia ha disminuido en gran medida esta enfermedad. Los niños, los ancianos, las mujeres embarazadas, y algunas personas inmunodeprimidas, pueden sufrir una meningitis por una bacteria llamada Listeria monocytogenes. Se asocia con frecuencia al consumo de productos lácteos o algunas verduras crudas y tiene un mal pronóstico.
Como vemos, es muy importante tener en cuenta la edad y el estado de salud del paciente para empezar a administrar el tratamiento ante una sospecha de meningitis.
A partir de este punto, la información que sigue se va a referir principalmente a la meningitis de causa bacteriana.



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