La endocrinología se ocupa de las enfermedades glandulares, esto
es, del diagnóstico y el tratamiento de las afecciones que pueden
comprometer la función de la glándula tiroides, las suprarrenales, la
hipófisis y ciertas anomalías reproductivas.
El continuo aumento de los conocimientos en biología ha expandido el campo de acción
de esta especialidad, ya que en la actualidad se concibe que casi todos
los órganos pueden producir hormonas, esto es, sustancias que son
volcadas a la circulación y que ejercen sus efectos en un tejido
distante.Como consecuencia de esta innovación, el endocrinólogo
diagnostica y trata alteraciones reproductivas, pacientes obesos,
sujetos con disfunciones múltiples e incluso personas afectadas con
ciertas enfermedades oncológicas.
Los endocrinólogos completan inicialmente su grado en Medicina para después encarar la capacitación específica en la especialidad. La alternativa curricular más eficaz es la residencia médica,
con una duración no menor a 3 años completos, precedidos de al menos de
otros 2 años de formación en Clínica Médica, Medicina Interna o
Medicina Familiar. Analógicamente, los endocrinólogos pediátricos deben instruirse en Pediatría General antes de terminar su capacitación en Endocrinología.
Por lo tanto, sólo es posible ejercer esta disciplina con una sólida
formación previa en medicina general. La creciente epidemia de obesidad
asegura la salida laboral de estos especialistas en el futuro próximo y
remoto.
Vía: paraeldolor.blogspot.com
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