La
salud mental es una disciplina en constante evolución, en la
cual los nuevos conocimientos en Neurología y en Farmacología han
desencadenado distintos cambios conceptuales y terapéuticos. Su
extensión a niños y adolescentes no constituye una excepción y hoy los
especialistas en la materia representan un campo científico con
necesidad de crecimiento y capacitación.
Los médicos y enfermeros que se dedican a esta compleja especialidad necesitan de una formación previa en
Clínica Pediátrica o en
Psiquiatría General,
aunque es deseable disponer de conocimientos sólidos en ambas áreas. La
residencia médica en un hospital de mediana o alta complejidad se
prolonga durante 3 años e incluye la adquisición de conceptos de
diagnóstico y tratamiento tanto de niños y adolescentes de terapia
ambulatoria como de pacientes internados.
Por otra parte, para los
enfermeros, la formación previa en
pediatría o psiquiatría general no resulta imperiosa, aunque es sin
dudas deseable. En la mayor parte de los casos estos profesionales
asisten a niños internados, si bien en los llamados "hospitales de día"
el papel de los enfermeros es relevante.
Entre otras afecciones, estos profesionales médicos y enfermeros
trabajan con pacientes psicóticos, con trastorno generalizado del
desarrollo, retraso madurativo, ciertas formas de epilepsia y trastornos
de la alimentación.
Vía: paraeldolor.blogspot.com
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