El dolor en la persona de avanzada edad


Diversas encuestas indican que el 70% de las personas de más de 65 años padecen dolores. Sin embargo algunas, curtidas por períodos de guerra y de restricciones, no se atreven a manifestar su dolor. Si bien se mantienen estoicas y no piden nada, lo cierto es que ese dolor reduce su amor a la vida.



Dolor físico y dolor moral
¿Con la edad se acentúa el dolor físico?
Ciertamente, el número de enfermedades denominadas degenerativas (como la artrosis) aumenta con la edad, así como el riesgo de cáncer. Por tanto, es moral ver aparecer dolores sintomáticos (que acompañan a una enfermedad) a medida que pasan los años. La artrosis, que afecta sobre todo a las articulaciones de sostén, como la rodilla, la cadera y la columna vertebral, es , por otra parte, responsable de la mayoría de los dolores relacionados con el envejecimiento. Pero el hecho de que el dolor se intensifique con la edad aún es una cuestión incierta.
En algunas enfermedades (como el herpes zoster o zona) los dolores de las secuelas aumentan con la edad. En cambio, en otros casos no se presenta dolor, aunque la persona padezca una patología que se sabe dolora. Por ejemplo, el infarto de miocardio, que normalmente presenta un dolor típico, puede aparecer sin ningún dolor en una persona de edad avanzada. Por este motivo, en la actualidad los profesionales del dolor no suelen dar nada por hecho. Para evaluar el dolor en una persona mayor se basan en el interrogatorio, le preguntan si siente dolor, cómo y cuánto. El problema de la edad se vuelve secundario y los facultativos procuran hacer una evaluación individual.
Soledad y aislamiento
Cuando vive sola, aislada, lejos de sus familiares, la persona mayor es a menudo presa de un dolor moral. La muerte de parientes, amigos y seres queridos genera un sentimiento de pérdida y desesperación. La tristeza a veces se mezcla con cólera, o bien el que domina es el miedo a la soledad y a la dependencia. Todos estos sentimientos deben ser percibidos y tomados en cuenta por quienes la rodean, ya sea en el hospital, en casa o en el asilo de ancianos.
El dolor moral. Más frecuente si la persona está aislada o es minusválida (sea o no debido a una enfermedad), puede terminar en depresión, como llega a suceder a cualquier edad en la vida. Por ello es necesario descubrir los signos: un quejido como expresión de un sentimiento negativo. Recurrir al médico o al psicólogo ayuda a descifrar ese dolor y a hacerse cargo de él.
¿Cuándo se habla de una persona mayor?
¿Todas las personas de más de 65 años son personas de edad avanzada? ¿Habría que hablar de tercera edad desde los 75 años y de cuarta edad a partir de los 85? Es sólo un asunto de definiciones, pero, en el campo de la lucha contra el dolor, se distingue.
-La persona sana (sea cual sea su edad)
-La persona dependiente, pero que conserva todas sus facultades mentales
-La persona dependiente e incapaz de comunicarse, en cuyo caso la evaluación del dolor es un problema difícil.



Compartir en Google Plus
    Blogger Comment
    Facebook Comment

0 comentarios:

Publicar un comentario