Tengo mucho dolor, pero me informo y confío


La tranquilidad, la calma, el buen humor y el optimismo elevan la tolerancia al dolor y disminuyen su intensidad. La esperanza de curarse, el sentimiento de controlar la afección y el dolor, y la confianza en los recursos propios, en el equipo de médicos y en el futuro, son factores que limitan el dolor y facilitan el buen curso de los tratamientos y la curación.



Comprender la situación

La confianza se basa principalmente en el entendimiento de la situación (“entiendo lo que sucede y sé por qué me hacen estos exámenes”) y en una buena relación con el médico, que escucha e informa (“estoy en buenas manos”).
Estar bien informado

Del mismo modo, es indispensable una buena información. Los estudios han demostrado que el dolor postoperatorio se mitiga si uno aprende a hacerle frente. Cuando las personas que se van a someter a una operación tienen una operación tiene una información detalla de los dolores y sensaciones que podrán experimentar después de ella, y de la manera de controlarlos (medicamentos, técnicas de respiración y de relajación), se quejan menos y toman muchos menos analgésicos que las personas que no han sido informadas.
Sin embargo, aunque la información es importante, no es suficiente: si se proporciona sola (sin las estrategias para combatir el dolor), podría llegar incluso a reforzar la ansiedad por la operación y sus consecuencias. Ofrecer técnicas para afrontar el dolor y la angustia es un paso esencial para que la persona que sufre desarrolle un sentimiento de control frente al dolor y el estrés.
Controlar el dolor

El sentimiento que genera el hecho de poder controlar el propio dolor (uno mismo o con ayuda de otra persona) refuerza las capacidades de  tolerancia. Todos disponemos de medios de adaptación para afrontar las agresiones, los cuales pueden acompañarse del aprendizaje de ciertas técnicas de autocontrol. La preparación para el parto es un ejemplo.
El sentimiento de soledad y la importancia del entorno
Un ambiente lejano, indiferente, incompetente, o por el contrario, reconfortante, tranquilizador y competente hace surgir un sentimiento de desconfianza o de confianza, que influyen en la intensidad del dolor. La falta de confianza en las capacidades personales, en las del entorno (familia, médico) y en las técnicas propuestas, y la sensación de no poder controlar su cuerpo, el dolor o la enfermedad, y de no ser comprendido o escuchado, aíslan al individuo en su sufrimiento.



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